Con motivo del doceavo aniversario de la muerte de Stanley Kubrick (7 de marzo de 1999) me di a la tarea de ver otra vez está película, que aunque no la dirigió Stanley Kubrick, si hace referencia a este gran director.

La película comienza haciendo algún tipo de homenaje a A Clockwork Orange (La Naranja Mecánica) con la misma música y asemejando la rebeldía de Alex Delarge pero esta vez con unos compañeros punks que van a casa de “Stanley Kubrick” para cobrarle unas libras que les adeuda.
Son un sinfín de situaciones que van haciendo que uno se entretenga y mantenga la atención por saber cómo va a engañar a todo tipo de gente que está cerca de Conway, desde el muchacho en el bar que lo convence de que sus diseños de moda son una maravilla, hasta el artista ingles que logra convencer para llevarlo a Las Vegas y así lanzarlo a la fama en todo Estados Unidos.
Cabe resaltar que las escenas donde aparece música de A Clockwork Orange y 2001: A space odyssey se manejan de manera correcta y va acorde a las actuaciones, son una buena combinación y eso le agrega más entretenimiento a la película.
La actuación de John Malkovich es divertida y al mismo tiempo seria, logra cautivarnos e imaginar si en verdad el legítimo Stanley Kubrick era así en la vida real.
Es una película que tiene relación con la vida real, Alan Conway existió, fue una persona que sufría de alcoholismo y mitomanía y que logró engañar a una buena cantidad de personas en Londres. Es por eso que la historia de este embustero se llevó a la pantalla grande, nunca se le llevó a juicio y algo curioso, murió tres meses antes que el mismo Kubrick. Se le llegó a informar a Stanley Kubrick de su estafador, pero al director no le importó y hasta se sintió feliz de Conway para que los reflectores se voltearan hacia el imitador.
Una película entretenida y si eres fan de Stanley Kubrick no puedes dejar de verla.
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